domingo, abril 26

El corazón de Dios y el del hombre

El corazón del hombre fue creado en complicidad con el de su Creador, legítimamente unidos y complementados, pues Dios fragmentó su corazón para darnos vida de su vida. 
Mas hubo una pequeña ruptura, un deslice de parte del hombre, que removió todo, hasta quedar apartado del corazón de Dios. 
El hombre se equivocó, el hombre pecó. 
Maldad entró en su corazón, quería saciar sus deseos; se adoraba a si mismo...
A lado de Aquél que merece toda la honra y la gloria, no pudo permanecer. 
Como dos polos iguales, se repelieron, y el corazón del hombre se alejaba más del de su Creador conforme crecía su pecado, pues cada vez necesitaba más para saciarse. 
Dejó de ser una distancia, y se convirtió en un abismo lo que separaba el corazón del hombre del de Dios... Pues cuanto más se alejaba, mayor era la necesidad de llenarse, y acudía a la maldad... Más distancia. 
El corazón de Dios estaba fragmentado, ¿lo recuerdas? Y aunque infaliblemente Él pudiera regenerarse y dejarnos morir, decidió no hacerlo. 
El quería estar cerca de nosotros para amarnos, para estar en total complicidad y alegría... Su corazón lloraba por nosotros. 
Fue tanto su dolor, que no pudo evitar sacrificar de si mismo aún un poco más. Para que nosotros pudiéramos volver a sus brazos y ambos estuviéramos completos. 
 


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