viernes, enero 20

Eres natural

Tienes todo para ser admirada.
Eres como un gran árbol (y con gran, no me refiero al tamaño), que apenas comienza a brotar sus raíces, pero sus hojas ansiosas saltan en variaciones de verde... siendo capaces de dar un color más cromático.
Eres como un monumento de piedra, que en la soledad de los desiertos de Utah, fue esculpido por la misma corriente de aire dando vueltas alrededor de ella. Pero tu belleza no es la forma con que has sido esculpida, sino que te quedaste ahí parada, dispuesta, esperanzada.
Eres como un lago, que se formó porque vertieron quinientos ríos procedentes de los alpes, pero nadie te ve porque estas bajo tierra. Y tu agua no se aceda, pero tampoco fluye.
Eres como un suceso natural, que se da sin más, que la casualidad.
Un suceso que admiro, como quién fija su mirada en una gota de una cascada, y la ve caer desde la punta hasta que se pierde con todas las demás al fondo del río.
Un suceso que temo, como entrar a la cascada, y ser aplastado por el peso de su pasión.

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