domingo, abril 5

Pascua

Oh divina naturaleza
No te exaltes a ti mismo por ser hecho tan bello
Solamente entiende que a la imagen de Dios has sido creado. 
Tu esencia rica en su naturaleza... Tal y como la del padre. 
Eres creativo, eres puro, eres un rey, un sacerdote... Hijo del rey de reyes. 
Tienes autoridad sobre la creación y fuiste creado para ser cabeza y no cola. 
Eso eras. 
Eras vida y transpirabas luz... Eras el vocero del creador. El intimo del Señor. 
Pero se acabó. 
Tu luz quedó cegada y tu alma estrangulada. Llegó el pecado. 
Has caído de tu divinidad, del monte alto has bajado hasta los prados... Valles de muerte. 
La vida que de ti emanaba fue aniquilada. La maldad tiene tu alma. 
Arraigada, aferrada y cimentada. 
Estás muerto, hombre, humano. 
El celo de Dios es tan grande, que anhela que seamos con Él, como Él. 
Vino a la tierra de los mortales y luchó contra la oscuridad... La luz resplandece en las tinieblas.
Su luz brilló gota tras gota, hasta que su sangre fue derramada toda. 
La luz en ti volvió a brillar, oh hombre. 
La resurrección de Jesús te ha hecho perfecto ante los ojos de Dios... Su amado.



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