martes, marzo 31

Dentro de mi

Encuentro un placer indescriptible al leer mis viejos escritos; Es como tomar una maquina del tiempo y volar hacia el pasado... Pero esta vez es distinto.
No me gana la nostalgia ni me quebranto por causa de extrañar la malicia de aquellos días, sino porque ahora puedo ver todo el dolor por el que pasé, convertido en alegría.
Veo los altibajos de mis emociones, como una montaña rusa, inconstante; inmadura.
Las cosas son muy diferentes, pero yo sigo siendo el mismo... El tiempo no me ha cambiado; mi corazón sigue siendo aniñado. Y lo sé porque necesito a mi familia, a mis seres queridos.

Aprendí algo crucial, y es que nunca podré huir de mi mismo...
Lo intente por algún tiempo, en la drogas, en el placer, en el llorar... pero nunca logré huir, porque siempre he estado dentro de mi.

Sin embargo no tiene que ser así, pues ahora veo que Dios habita dentro de mi, matando al niño egoísta con el que siempre viví.
Sin darme cuenta, había cerrado mi corazón a eso, lo guardaba para mi, tal vez por temor a ser lastimado, humillado o destrozado... pero ahora entiendo que el no quiere eso, sino estar a mi lado; caminando siempre de la mano.
Pequeñas revelaciones que cambian tu vida, que trascienden, y que te hacen preocuparte por la vida de la gente.

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