jueves, marzo 2

Viaje al centro de uno mismo

Bienvenido a tus adentros, amigo mío. Hemos estado esperando por ti gran tiempo, y nos sorprende tu llegada, verdaderamente.
Has pasado tanto tiempo allá afuera que hemos dejado de esperarte, colega. 
Pero vaya, dejemos los lamentos para los finales desafortunados, y gocémonos como cuando pasa la tormenta y nos relajamos. 
Has cambiado mucho, puedo decir que casi te desconozco cuando te vi entrar.
Mírate, eres más grande, tu cabello es más largo, tienes bigote, y por suerte tus uñas están limpias. Pero eso no importa, ¿verdad?. 
Por suerte aún tengo a tus ojos, que se rasgan cuando ríes, cuando lloras, y cuando no haces nada. 
Había escuchado alguna vez que la mirada de las personas cambia tras cada lagrima que derrama, pero ahora veo que no era cierto, la mirada cambia tras cada lágrima que contienes.
¿Hace cuanto que no lloras? ¿Hace cuanto que no te levantas antes de que salga el sol?
Solías amarnos y a la vida, solías amar a todo el que respira.
Tus labios ya no tienen fuerza para sostenerse, tiemblan como tiemblan las piernas sometidas a doscientas libras. 
Pensándolo bien, nunca te sentiste seguro de tus palabras, ni de niño, ni ahora que vuelves crecido. 
Eso te causó muchos problemas allá afuera ¿no?, Por eso vuelves.
Nadie te entiende como nosotros y por eso vives tan solo, aún acompañado.
Siempre fue tu tatuaje mantenerte tan lejano, y ese tatuaje hace que el mundo no te tome en serio. 
Y que delicioso es el fruto de la soledad cuando se comparte, irónicamente, con uno mismo solamente, porque cuando alguien más lo ve, pierde todas sus propiedades. 
Atiende a mis palabras y no rasques más esa llaga, que llora rojo vivo. 
Ven, te quiero enseñar lo que pasó después que nos dejaste…
Los sueños que guardaste para que no se los comiera la depresión, fueron devorados de todas formas. A los pocos días de que te fuiste, logró entrar y se llevó todo lo que tenías, pero aquí estamos nosotros aún, y aunque esté vacío y frío, hemos aprendido a sobrevivir… cada día nacen nuevos sueños y los quemamos para tener un poco de calor.
Espero que no te ofendas, pero cuando no tenemos nada por defender, nos defendemos a nosotros mismos, y hacemos lo que sea necesario con tal de no morir.



No hay comentarios:

Publicar un comentario